Todos los que pueden ser recordados, hasta la generación de los abuelos o, a veces hasta los bisabuelos, actúan como si estuvieran presentes. Sobre todo aquellos que fueron olvidados o excluidos, es decir, seres al los que se les negó la pertenencia.
Van golpeando hasta que reciben su lugar. Una vez que lo tienen se callan, dejan a la familia en paz y se convierten en fuente de fuerza para los vivos.
A través de la resonancia, lo pasado está presente y tiene un efecto en el presente. Este efecto puede ser favorable a la vida, pero también puede ser desfavorable.
Según las constelaciones familiares es importante revisar si estamos enojados con algún muerto, si nos sentimos culpables por alguna muerte o por alguna razón no hemos podido "soltar" a algún muerto del clan, ya que cualquiera de estas situaciones puede estar influyendo en nuestra vida actual.
Eso sí, quien se siente responsable por una muerte y se comporta como tal, enfermándose y queriendo realmente morir, pierde de vista los muertos. Quien quiere expiar su culpa de esa manera, se mira más a sí mismo que aquellos ante los cuales se hizo culpable,, quiere deshacerse de la culpa en lugar de encararla y asumirla. El trato reconciliador con la culpa, por lo tanto, no es la expiación, sino la acción. Eso significa que la persona, con la fuerza obtenida por la culpa asumida, hace algo bueno para otros en memoria de aquellos ante quienes se hizo culpable. Eso ayuda a los muertos a ver el sufrimiento padecido en un contexto más grande en el que tanto su sufrimiento como su muerte tienen un lugar y provocan algo sanador.
Así termina la soberbia. Así la vida ya no es una arrogancia frente a los muertos, sino que yo vivo en unión y en sintonía con ellos y confiando en ellos.
*Eso da fuerza para la vida y para la sanación."*
Citas de Bert Hellinger y Rupert Sheldrake.
*Frases para solidarizarnos con los muertos:*
*"Tú estás muerto, yo aún vivo un poco. Después, también moriré."*


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